Sobre algunos «aparcacoches» violentos

Cerca de mi lugar de trabajo desarrollan su actividad varios «aparcacoches» o «gorrillas». Uno de ellos se muestra especialmente irascible e irritado cuando alguien aparca en la zona regulada por la ORA (Ordenanza Reguladora de Aparcamiento u Ordenanza para la Regulación de Aparcamientos) en la que se debe satisfacer un importe para poder estacionar el vehículo, y el conductor se niega a facilitarle dinero. 
Foto tomada de la inspección de la policía a un aparcacoches 
En muchas situaciones, quienes ejercen como “aparcacoches” lo hacen por necesidad al no haber encontrado un puesto de trabajo. Sin embargo, tal situación no justifica la actitud de algún “gorrilla” que llega a amedrentar al conductor para que le proporcione dinero. En más de una ocasión, un «gorrilla» ha sido condenado penalmente por insultar, amenazar o amedrentar a quien se ha negado a facilitarle dinero. Basta con referir como ejemplo la Sentencia de la Audiencia Provincial de Sevilla de a 23 de febrero de 2012 en la que se confirmó la condena a un «gorrilla» a una pena de multa de 60 euros, por la comisión de la falta de vejación injusta del art. 620.2 del Código Penal, por haber proferido a una persona que se negó a entregarle dinero una serie de insultos («zorra, hija de puta, me cago en tu puta madre, me cago en tu puto padre»), a la vez que golpeaba su coche con ánimo de amedrentarla